Sustituye la búsqueda de la felicidad (objetivo de la ética) por la
búsqueda de la utilidad, del bienestar (objetivo de la economía)
Surge en Inglaterra
Stuart
Mill 1806-1873.JEREMIAS BENTHAM (1748- 1832)
“Introducción a los principios de la moral” y “Deontología o sistema de moral”. Quería elaborar un código de leyes sociales basadas en una deontología pues es jurista de profesión.
Amigo intimo de Adam Smith
Vive la revolución americana y francesa como
experiencia de abolición de leyes.
Los grandes principios universales son creación de
la imaginación humana.
La ética no debe fundarse en los derechos sino en
los deberes, en los decretos, en imperativos y normas (se inspira en el
contrato social de Hobbes).
No cree en la dignidad universal. No propone un
ideal moral utópico (como deber ser) ya que el mundo de las ideas le
parece una irrealidad.
Es discípulo del empirismo científico- corriente
pragmática- materialista, de Newton y de Hume y John Locke.
“elaborar normas para vivir lo mejor posible, lo
más agradable” (en ese sentido es epicúreo)
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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL UTILITARIO Y MI
OPINIÓN
Un bien es un valor práctico y
concreto y material, un valor económico. Todo bien tiene valor monetario. “TODO
SE COMPRA CON DINERO” Conviene adquirir bienes materiales y evitar la quiebra.
Acumular bienes (ser rico) te lleva a ser más feliz y si tu eres rico y feliz
lo será tu sociedad.
5) El bien supremo es el Bien-estar o la felicidad burguesa. Ese bien- estar es la suma de todos los bienes, una vida cómoda y placentera para el mayor número de personas posibles. ¿El más rico es el más feliz?
Sólo existen acciones útiles o inútiles para
promover el bienestar (que causan el infortunio) La droga es mala no por sí,
sino por sus consecuencias. NADIE TIENE DERECHO A LA VIDA DE UNO, SINO DEBER A
LA VIDA DE LOS DEMÁS. (el hombre deja de ser un fin en si mismo y se convierte
en un medio, en un tonto útil, en un instrumento de los demás) El “No mataras”
de la Biblia es absurdo, no hay que matar pero por deber utilitario y el
responsable es la sociedad, no el individuo (como con Hitler o Aznar).
La
fundamental diferencia con Kant
EN LA ETICA NO IMPORTA EL COMO,
SÖLO LO QUE CONSIGAS: NO IMPORTAN LOS MEDIOS; SOLO LOS FINES; NO IMPORTA LA
VOLUNTAD O INTENCIÓN; SOLO LOS RESULTADOS (¡Hay que ser pragmáticos!)
B) Código penal apropiado, equitativo. Mejor prevenir que curar.
C) Desarrollo del cuerpo policial, represión y opresión. (profesores- policía y policías en las calles para intimidar a quienes intenten cometer actos delictivos)
FORMA DE LLEGAR AL BIENESTAR
A)
Evitar el dolor, la pena, el sufrimiento, todo lo que
también forma parte de esta tragicomedia de la vida. B) Elegir entre los placeres vitales lo más conveniente puntualmente. Son placeres cuantitativos y no cualitativos. CRITERIOS DE PLACER
1) La duración. Lo bueno si dura mejor. (los placeres que duran el doble valen el doble) Dosificar el tiempo.
2) La intensidad. Los placeres mas refinados son más intensos, profundos que los puramente físicos.
3) La proximidad. Lo vivido en el presente vale más que el futuro. (mejor pájaro en la mano que ciento volando)
4) La extensión. El placer compartido socialmente vale más que el solitario e individual.
5) La fecundidad. El placer que engendra otros placeres importa más que el que se agota en sí mismo. (economicismo moral)
6) La pureza. Un placer exento de padecimiento y malestar es el más puro y perfecto.
7) El valor monetario del placer. Lo mejor es lo más caro, el precio que le ha puesto por convencionalismo la sociedad es mayor. Tanto vales, tanto eres. El placer por el que más pagaría es el mejor placer.
Hay que ser desapasionados, ser fríos, taimados, desconsiderados. Saber calcular. Evitar los sentimientos causa de sufrimiento.
VIRTUDES QUE DEBEMOS COSECHAR (parábola de los talentos. Los utilitaristas no dejan de
ser cristianos protestantes)
Prudencia,
templanzaà huir de los errores
vitales, previsión, más vale prevenir que curar. -Benevolenciaà simpatía hacia nosotros mismos, y empatía hacia los demás.
-negativa: nos previene de que no seamos faltos de amor para nosotros mismos y los demás.
–positiva: nos incita a ser causa de placer y de gozo, sin masoquismo y sadismo.
DIFERENCIAS ENTRE MILL Y BENTHAM
El
discípulo de Bentham fue J. Stuart Mill, más social y menos individual. Le
corrigió en algunos importantes aspectos. Dos obras: “El utilitarismo” (1863) y
“Sobre la libertad” (1859). Corrige a Bentham en tres aspectos fundamentales.
1-concepto de bienà el bien son los bienes que
se ofrecen del exterior a mí persona, para Bentham. Mill dice que el bien no
tiene porque ser lo que me gusta, agrada en un momento determinado. El bien no
es necesariamente el placer individual sino el bienestar social. Por eso vale
más ser un hombre desgraciado que un cerdo satisfecho. Vale ser más Sócrates
descontento que un imbécil contento.
2-el placerà Para Mill es más importante la calidad que la cantidad del
placer pues no todos son cualitativamente idénticos. Bentham piensa que hay que
evitar todo lo que nos haga sufrir, y Mill piensa que sin cierto sacrificio no
se conseguirá el bienestar. Hay que ser capaces de renunciar a placeres dañinos
(ascética del protestante, espíritu del capitalista)
3-conflicto de interesesà Bentham cree que el
interés general es la suma de los intereses generales, voluntad general o
contrato social como suma de individuos. Mill cree en un conflicto de interés
pues a veces el individuo es contrario a su sociedad y ese individuo ha de
sacrificarse por su sociedad (mártir, tonto útil)
En este extracto Stuart Mill, fundador del utilitarismo, define su corriente deontológica como camino hacía la felicidad individual y social, fin ultimo de toda moral “para la vida feliz” (tipo Sócrates o Aristóteles). Entiende la felicidad como el mayor placer posible y la prevención y ausencia de dolor. Se refiere a dolores y placeres tanto físicos como espirituales.
A la hora de elegir estos
placeres (Aristóteles diría bienes) hay que buscar el más perfecto, los mejores
placeres, pues no se trata de acumular cuantitativamente placeres (el mayor
número de ellos) como de cosechar placeres de calidad.
El hombre tiende a placeres más
elevados que el animal y cuanto más civilizado es y más educado esta más
tenderá a placeres espirituales intangibles. Stuart Mill cree que hay dos tipos
de hombres; los superiores y los inferiores, la elite y la masa. Los súper hombres superiores sufren más y por tanto
también necesitan más placeres. Son más inconformistas. Es mejor ser un hombre
insatisfecho que un animal – cerdo- satisfecho, mejor ser Sócrates que un
estúpido, pues tanto los placeres como los dolores los toman con mayor
sensibilidad los hombres superiores. (sigue creyendo en el intelectualismo
moral) Los hombres inferiores se quedan con los placeres inferiores, animales,
porque no conocen otros (por ignorancia, piensa Stuart Mill, al igual que
Sócrates).
Es obvio que los placeres no
duran eternamente y son efímeros, así que debemos buscar placeres imperecederos
o al menos duraderos. (Los placeres espirituales como una vocación artística
duran más que los físicos como la comida o el sexo) La felicidad consiste
también en no esperar de la vida más de lo que esta puede ofrecernos, alega,
criticando así el inconformismo desmesurado.
La felicidad personal puede
alcanzarse sacrificándose por los otros, pero siempre con el objetivo o fin muy
claro de la felicidad comunitaria. Importan los fines, no los medios para
conseguir esos fines. El sacrificio por sí mismo, sin fin social, es baladí,
porque hasta los santos y lo mártires se movían por un interés personal o
social.
(El utilitarismo jamás entendería
el suicidio o el ataque contra uno mismo por ejemplo) Stuart Mill resume su
pensamiento con la consigna de Jesús “haz con los demás como quisieran que hicieran
contigo. Ama a tu prójimo como a ti mismo”
OPINIÓN
Para estos teóricos utilitaristas
es obvio que el hombre no nace, sino que se hace. Ellos más que de educación,
hablan de formación, de forjar hombres de provecho. Nacemos animales,
inconscientes, sin raciocinio, en un estado primario y salvaje. Los
utilitaristas parten de que el hombre es malo por naturaleza, es egoísta, “el
hombre es un lobo para el hombre”. Es la tesis inversa a la concepción
roussiana o bakunista de que el hombre nace inocente y la sociedad le cambia,
le malea, le hace ser egoísta. No creo que el niño nazca egoísta. Nace
individualista y con un instinto de supervivencia por encima de su sociedad,
pero no egoísta. Los animales no son egoístas, sino instintivos (no disciernen
bien de mal, altruismo de tacañería). El niño nace con instintos de
supervivencia y de amor, como decía Freud. El bebe llora por instinto, no por
egoísmo (para ser egoísta hay que tener conciencia de ser egoísta y el inocente
no es consciente).
Para ellos el estado salvaje se
domina según la ley de la selva, la ley del más fuerte como demostraba la
teoría darvinista de la época; sólo sobreviven las especies más fuertes (sin
embargo sabemos que también en esas “hordas primitivas” como ellos las llaman,
la madre protege a la camada, se establecen relaciones afectivas...) Para Stuart Mill esa sociedad incivilizada,
salvaje, representada por una selva anárquica, ha de ir paulatinamente
convirtiéndose en una sociedad de derecho, no de hecho.
Contrapone de esta forma
Naturaleza y Civilización. Estas ideas de Mill se entendían en la época de
forma racista y colonista. Los estados avanzados debían civilizar a los
inferiores, a las colonias. No estoy de acuerdo. No creo que los países
desarrollados sean mejores que los mal llamados países tercermundistas, la zona
Sur. Es muy elitista y esnobista esta idea de hombres superiores e inferiores.
Se supone que el patrón comparativo es la renta per capita, el dinero, el
PIB... pero no puede reprochárseles ser moralmente inferiores.
A nuestra sociedad se la llama del
Bien-estar y sin embargo tenemos tasas de suicidios o de patologías clínicas
muchísimo más altas que los países pobres, entre otras muchas más
manifestaciones de la crisis que atraviesan los estados avanzados
económicamente. Quizá aventajemos a estos países “inferiores” económicamente,
en bienes muebles materiales, pero ellos nos superan a nosotros en calidad de
vida, en salud mental, en contacto con
la naturaleza, en formas trascendentes no institucionalizadas, en una mayor
espiritualidad... (los indios, los aborígenes australianos, los africanos
tenían su propia cultura que nosotros
rechazamos. Les in culturizamos, superpusimos un tipo de vida sobre
otro, igual de interesante y dignificable mientras respete la vida humana) Sí comparto que las personas no obramos bien o mal sino por interés. Identifica el Bien con el placer y el Mal con el dolor, lo cual es también la tesis epicúrea o freudiana. El hombre obra bien cuando se guía por su instinto hedonista de buscar placer (el eros de Freud) y obra mal cuando le guía el instinto estoico del dolor (el concepto de Thanatos para Freud) Sin embargo, el dolor es una parte esencial de la vida y no podemos esconderlo, hay que vivir esta tragicomedia que es la vida, vivir el instante tanto de los dolores como de los placeres. La vida puede ser una fiesta y a la vez un valle de lágrimas, lo importante es no dejar de sentir porque siento, luego existo. Los utilitaristas estarían orgullosos de esta sociedad capitalista, egoísta, individualista, aislada, movida sólo por intereses económicos, y que huye del dolor, de la muerte, de todo lo que tambalee su pequeña felicidad burguesa. Es una aptitud cobarde la de sedarse con el placer y dejar de implicarse en las tragedias de los demás.
Una sociedad que se aísla en su
torre de marfil, en su pequeño microcosmos cibernético y virtual, que ya no
intenta mejorar el mundo sino sólo su pequeño mundo, su parcela de vida. Sólo
le importa al yuppi su éxito laboral y se desinteresa de dolores ajenos.
La decadencia de la civilización
clásica nos ilustra sobre lo que ocurre a una sociedad cuando se aísla en sus
placeres hedonistas y finge no ver los problemas que la asolan. (Las invasiones
bárbaras: las olas de inmigrantes que reclaman su derecho a un trozo de este
papel económico y a no ser consideradas inferiores como las llama Mill, sino
simplemente diferentes. Ningún hombre es superior o inferior a otros, todos
somos diferentes de hecho e iguales en derechos)
Los utilitaristas también hablan
de sacrificarse por los demás, como promulga el cristianismo, pero esto puede
llevar también a un menoscabo de la persona en aras de su sociedad, de su ley.
Según el utilitarismo sería correcto sacrificarse por la voluntad general (el
contrato social de Rosseau) y sería legitimo morir por la patria, inmolarse por
la comunidad como hacían los nazis o los actuales kamikazes musulmanes. Porque
en el utilitarismo lo importante es que la persona sea útil a su estado, a su
sociedad. Por eso los hippies hablaban del TONTO ÚTIL, ese hombre que actúa
según quiere la colectividad, porque es un mandado como en la novela de El
Conformista en la que el protagonista mata a los judíos porque así lo quiere su
régimen político.
Por último no comparto la idea
utilitaria de que los bienes sean todos económicos. Igual que los placeres no
son sólo inmanentes sino también trascendentes – en el sentido de intangibles-
(como los sentimientos y los pensamientos) El mismo autor, Mill, reconoce que
el hombre tiende a cultivar, cuanta más educación tiene, placeres intelectuales
o espirituales. El bienestar no es sólo físico, ese estado burgués de
conformismo y acomodamiento económico, sino que el mayor bienestar hemos de
buscarlo interiormente. Y los místicos y románticos siempre nos han reprochado
que las posesiones materiales nos impiden cultivar nuestro interior. No todo se
compra con $: las emociones, los momentos vitales, las ideas, las sonrisas, la
serenidad interior, el amor... son valores inestimables, inapreciables,
invalorables. Para un utilitarista hasta la prostitución (vender el bien
económico del cuerpo), mientras sea legal, es moral. Mill también veía bien la
esclavitud de la América del sur que conocía.
Tampoco comparto que el individuo
se deba a una deontología, pues el hombre no sólo tiene deberes. En la frase
“no debes matar” va implícito el derecho a la vida de los demás. Es paradójico
que hable de una sociedad de derecho y luego sólo crea en imperativos, en
ordenes, en deberes sociales. (debe haberse resumido mal el pensamiento de este
autor) “Nadie tiene derecho a la vida de
uno sino deber para con la vida de los demás” es la frase que excusa que
los hombres mueran por la patria, que los asesinos sean ejecutados en la silla
eléctrica, que ETA mate por la patria, que los soldados hagan la guerra, que
los musulmanes kamikazes se estrellen contra las torres gemelas o que los
cristianos “amen a Dios hasta el
desprecio de si mismos” (la gran frase de San Agustín). Por eso me
mantengo en la frase de Kant como si de baluarte de racionalidad se tratara: los fines no justifican ni excusan los medios.
La utilidad no excusa los métodos. Y el
hombre siempre es un fin para el hombre, no un medio. El utilitarismo
cree que hay hombres útiles a su estado, a la ley, e inútiles, población
inactiva y sedentaria, zánganos, ociosos (por ejemplo los artistas) que no
tienen ninguna utilidad estatal. (La utilidad para ellos es mejor si es
inmediata, pues más vale pan para hoy que hambre para mañana y mejor pájaro en
mano que ciento volado según su visión mercantilista y comercial. La literatura
o la religión o la cultura en general al ser a largo plazo se ven como algo
inútil. Es mucho más útil un ferretero o un soldado que un escritor. Los
sentimientos son improductivos, nada útiles socialmente.)
El placer por el que más pagarías
es el mejor placer, ¿acaso pueden poner precio al placer de un matrimonio o al
placer de un hijo? Seguramente sí porque en su época los matrimonios eran
concertados. Además creen en el concepto
de pureza (los utilitaristas no dejan de ser unos cristianos protestantes
sumados al carro del capitalismo) y la pureza, la perfección, no existe, ya que
no hay vida sin padecimientos. Su ideal
de vida es la del banquero; ahorrar en emociones, ser parcos en sentimientos,
taimados, templados, fríos, glaciares, calculadores, hasta a la hora de hablar
economizan, ¡se ahorran hasta los besos!. La moral utilitarista es una de las
predominantes en nuestra globalización asediada de pragmatismo y materialismo,
de un neocapitalismo feroz e inhumano que ni siente ni padece los dolores de
los menos favorecidos por su sistema egoísta. ¡Qué sencillo excusar nuestro
egoísmo diciendo que hemos nacido así por naturaleza!
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